Para el domingo que viene tengo un gallo matador, que vencidas al rigor catorce peleas tiene; el gallero lo previene, lo trabaja y lo voltea, y después que lo carea le da a comer pan con leche porque no quiere que se eche o se rinda si pelea. Es canelo su color, blancos son sus espolones: por sus bellas perfecciones le llama el pueblo “La flor”. Es el extremo heridor; Es, cual ninguno, valiente, Y cando hiere se siente Y no puede ganar presto, Sale a jugar, deja el puesto, Pero vuelve más ardiente. Es este gallo canelo Tan jugador y tan pillo, Que un logro doble a sencillo Pongo si tira un revuelo. Si al contrario ve en el suelo, Con el pico lo maltrata, Las plumas le desbarata, Lo hace que brinque y que ruede Y lo desnuca si puede Batirle por la corbata. Es gallo de ley tan viva Y en las lides tan experto, Que una vez, ya casi muerto, Por perdido al alzarlo iba; Más sintió que ya el de arriba Se encontraba un poco flojo, Se enderezó con arrojo, Le metió el pico de frente Y ganó inmediatamente Dando golpe de ojo y ojo. En santa Cruz y Morón Ha peleado siempre bien, Y en Manzanillo también Ganó ciego una ocasión. El día de la Concepción En Guaímaro lo jugué, Y a sus espuelas gané una onza americana, y si este domingo gana con él a Bayamo iré. Este gallo tan querido Que no espero que se pierda, Con golpe de media cuerda Tan bien ganar ha sabido. Y en el suelo ya tendido Rodando como un tonel, A un indio feroz y cruel, Que lo tumbó de un revuelo, Dio puñalada de cielo Y quedó el campo por él. También tengo un malatobo De muy largos espolones, Que por sus crueles acciones Le han puesto por nombre ·el lobo”. El, aunque parece bobo Cuando se mete en pelea, |
Aunque algo lejos voltea Y escapa alguna ocasión, Es porque darle a traición A su contrario desea. Perdió una ocasión un ojo En la valla de Las Tunas, Recibió heridas algunas, Soltó el pico y quedó cojo; Aunque hoy es tuerto, su arrojo Es igual al de una fiera, Y si otro gallo lo espera, Sea más grande o más chico, Es todo pegar el pico Y dar golpe de tijera. También tengo un talisayo Valiente, buen peleador, Y lindo como una flor Que nace en el mes de mayo. Con la prontitud del rayo A su contrario arremete, De lado el pico le mete Cuando no puede de frente, Y a éste, vivo y ardiente, lo he llamado: "Suena el fuete". en Holguín, una ocasión, peleando con un girazo, se dió un terrible cañazo debajo de un espolón: desangrado en esa ocasión, del otro se desatraca, y aunque un desmayo le ataca, nunca cesó de batir y a su contrario hizo huir con puñalada de vaca. Todo el que se atraque, en fin, con mi talisayo ardiente, va a tener seguramente que morder el aserrín. El, aunque parece un guin y es deslumbrado de un ojo, como nunca se ve flojo por más que en las lides luche, si logra picar al buche hace al contrario un manojo. Con estos gallos ingleses, hijos de tan buena cuna, espero hacer mi fortuna antes que pasen dos meses. Son vástagos holguineses de una raza la más fina, a ellos jugara una mina si yo pudiera tenerla, y sin temor a perderla jugara hasta mi Rufina. AUTOR: JUAN CRISTOBAL NAPOLES FAJARDO (EL CUCALAMBÉ) |